L@s farmacéutic@s conocemos la importancia y la relevancia de los ingredientes activos en los productos cosméticos.
Desde los hidratantes clásicos y conocidos (ácido hialurónico, colágeno, aloe vera…), pasando por los antioxidantes con acción antiarrugas (vitamina C, vitamina E, retinol, ácido glicólico…), reepitelizantes (pantenol, alantoína…) y una larga lista de ingredientes activos.
¿Todo sirve? ¿Como más ingredientes contenga una fórmula más activo es el producto? ¿O depende de la clienta? ¿O depende del vehículo? ¿O es más importante la imagen que el contenido? ¿Sigo las nuevas tendencias o voy a lo realmente eficaz?
Desde la farmacia se pueden y se deben aconsejar aquellos cosméticos más eficaces (por su composición) y más adecuados para un cliente en particular (por su tipología de piel).
Para un cosmético 40+, es decir, para una piel que ya hace un tiempo ha empezado a disminuir su funcionalidad, es fundamental escoger ingredientes activos que contrarresten los efectos del paso del tiempo:
- Combatir el fotoenvejecimiento con protección solar, ayudando así a prevenir las hiperpigmentaciones irregulares.
- Prevenir o disminuir la aparición de arrugas.
- Aportar hidratación a una piel con tendencia a la sequedad.
- Aportar luminosidad.
- Combatir la flacidez.
Los antioxidantes de elección para evitar la formación de arrugas son la vitamina C y la vitamina E o sus derivados más estables (durante el día) y los derivados del retinol (por la noche). Son ingredientes activos altamente eficaces, pero en contraposición difíciles de estabilizar en las formulas cosméticas habituales. Por otro lado, los péptidos biológicos corrigen los síntomas del envejecimiento cutáneo mediante estimulación biológica.
Tanto para la hidratación como por su acción antiarrugas cabe destacar al ácido hialurónico como una de las moléculas más eficaces. Dependiendo de su peso molecular, el hialurónico presenta acciones hidratantes, cicatrizantes y/o antiarrugas.
Para aportar luminosidad, se aconseja la acción renovadora de los alfa-hidroxiácidos, como el ácido glicólico por su especial mecanismo de acción: aumenta la plasticidad del estrato córneo y disminuye la cohesión de los corneocitos, facilitando su desprendimiento. Es un paso previo a los tratamientos posteriores.
Una alternativa eficaz son las enzimas de descamación, ricas en oligosacáridos, que favorecen la renovación celular y suavizan las líneas de expresión y las arrugas.
Debe destacarse la efectividad de la asociación de retinoides tópicos (retinaldehído) con alfa-hidroxiácidos (ácido glicólico) para combatir las manchas asociadas al envejecimiento y al acné adulto.
También el uso de peelings o scrubs mecánicos facilita la penetración de los tratamientos posteriores.
Y finalmente, para combatir la temida flacidez, tanto facial como corporal, una de las moléculas con importante acción reafirmante es el DMAE o 2-dimetilaminoetanol que actúa aumentando la síntesis de colágeno y de glucosaminoglicanos.
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